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  • Se trata de un enorme friso lleno de altorrelieves, donde la influencia oriental se aprecia en el colosalismo (son relieves de 2,3 metros de altura) y con una enorme teatralidad conseguida mediante el dinamismo, el movimiento, la emoción, la gestualidad y el dramatismo.

    La Escuela de Rodas opta por representar anatomías de niños y ancianos (que contrastan con los cuerpos atléticos de época clásica) como por ejemplo el Niño de la Oca. También pone el acento en la tendencia barroquizante con dos obras básicas:
    3.4.2. El Helenismo Pleno (mediados del siglo III-mediados del siglo II a. de JC.).

    Dos grandes escuelas.

    La Escuela de Pérgamo inicia la estética "barroca" con composiciones dramáticas y desequilibradas, con la exteriorización de los sentimientos y con un patetismo y naturalismo exacerbado. Típicas de esta corriente serán las esculturas de galos con las que se valora la victoria a partir de la representación del vencido, mostrándolos como personajes corpulentos y arrojados, mas derrotados con lo que se incrementa el valor del vencedor. Galo Ludovisi y Galo Moribundo son exponentes claros. De todos modos la obra cumbre será el friso escultórico del Altar de Zeus en Pérgamo (obra que desde el punto de vista arquitectónico ya hemos visto. En este friso se plasma la Gigantomaquia (la lucha de Zeus y Atenea contra los Gigantes) siendo una clara alusión al enfrentamiento entre griegos y bárbaros, identificándose el rey de Pérgamo como Zeus.
    3.4.1. El Helenismo Temprano (finales del siglo IV-mediados del siglo III a. de JC.).

    Podemos hablar de la existencia de dos grandes tendencias.

    Por un lado aparece un clasicismo ecléctico que mantiene y respeta la tradición de los grandes clásicos del siglo IV, así adopta la curva praxitélica, la estilización de Lisipo y la gestualidad de Scopas. El Apolo de Belvedere sería una muestra de esta corriente.
    También surge una escuela retratística, centrándose sobremanera en los retratos de intelectuales (el poeta Sófocles), acentuándose el realismo y la individualización de las facciones.
    Así, la tendencia "barroca" iniciada en el siglo IV a. de JC. se consolida claramente, con una escultura que busca la teatralidad a través del colosalismo (influencia oriental), los grandes grupos escultóricos y la agitación y la expresividad (el famoso pathos). La temática costumbrista, muy del gusto del cliente, va ganando terreno.
    3.4. La escultura Helenística (III-I a. de JC.).

    Como ya hemos indicado hablando de la arquitectura, la expansión de la cultura griega con el Imperio de Alejandro Magno hacia Egipto y Asia, dará lugar a la absorción de influencias orientales. Los cambios en el arte serán significativos, con un arte que hasta ahora estaba al servicio de la ciudad pero que en este momento entra al servicio de los poderosos (los clientes, es el auge definitivo del mencionado arte privado). ES por ello por lo que el artista se ha de someter al gusto de quien le encarga la obra y quien le paga, de esta forma el arte tiende hacia lo decorativo y ornamental mediante la elegancia y el refinamiento, perdiendo la cierta carga filosófica y ética que hasta entonces había poseído.
    En él se aprecia la estilización de la figura, con ese canon alargado(fijémonos, el autor sigue precisando un canon, el clasicismo no se ha abandonado) y una cierta desproporción al realizar una cabeza algo pequeña. La composición se nos muestra abierta, con un osado brazo que avanza perpendicularmente hacia el espectador (escorzo), con el que rompe el plano de la estatua y multiplica los puntos de vista. En el rostro observamos un estudio psicológico aunque ya no se trata de una faz idealizada, sino que Lisipo opta por el realismo, estamos ante un atleta cansado y con el pelo revuelto.
    Lisipo, escultor de Alejandro Magno, cierra la gran trilogía del siglo IV a. de JC. Es sobremanera un broncista de atletas. Gusta de figuras más estilizadas para lo cual desarrolla un nuevo canon: nueve veces la cabeza (1:9) a la par que realiza cabezas más pequeñas. Adolece de desproporciones (Hércules Farnesio) intentando también un mayor realismo e individualización de los rasgos, en este sentido elabora retratos de sus mecenas sentando un precedente de la retratística romana. Una de sus obras más célebres es el Apoxiomeno donde en bronce trata uno de sus temas preferidos, un atleta que en este caso se está limpiando con una strigilis (cepillo metálico) la piel cubierta de polvo y aceita.
    La composición es extraña, siendo pensada para ser vista de lado para lo cual se estructura en espiral acentuándose de esta manera el dinamismo, la agitación. Y todo ello resaltado con un claroscuro (contraste entre luz y sombra) conseguido mediante la oposición entre el trabajo profundo de paño y cabello y lo pulido de la carne. En resumidas cuentas, es frenesí, es pasión, es movimiento, es desequilibrio, en definitiva es pathos frente el ethos clásico, el Helenismo está llamando a la puerta.
    También gustará mucho del mármol Scopas, el gran escultor del pathos, de la emoción, del sentimiento, de la pasión. Todo esto dará lugar a composiciones dramáticas pletóricas de emoción, lo que conseguirá mediante bocas entreabiertas, ojos hundidos y efectos de claroscuro. De esta manera Scopas es un autor que está rompiendo con el Clasicismo y anunciando el Helenismo. Es este autor quien realiza las esculturas del ya visto Mausoleo de Halicarnaso, aunque también destacan otros trabajos suyos como la Cabeza de Meleagro o la Ménade Orgiástica. En esta última escultura Scopas nos muestra una muchacha inmersa en una danza dionisíaca, bailando semidesnuda y totalmente enloquecida por el vino y la música.
    - Humaniza a los dioses, en el sentido que no representa imágenes majestuosas sino que nos los muestra jugando, distraídos. Hermes y Dionysos es un ejemplo de esto, el dios Hermes lleva a Dionysos niño desde el Olimpo hasta las ninfas encargadas de cuidarlo. En un momento del trayecto el primero hace un alto en el camino y juega con el niño, ofreciéndole un racimo de uvas (Dionysos es el dios del vino) con el brazo derecho alzado, brazo perdido en la actualidad. Es cierto que existen algunas dudas sobre la autoría de esta obra (uno de los pocos originales griegos que nos han llegado) mas en ella existen un buen número de características praxitélicas. Por ejemplo, la curva praxitélica es patente (de nuevo se necesita un apoyo) forzando el desequilibrio (en contraposición al equilibrio de Policleto) y dotándola de movimiento. El naturalismo creciente se aprecia en el rostro (quizás algo distante) y en el tratamiento del cabello de Hermes.
    - Acentúa hasta la exageración el contraposto creando la denominada "curva praxitélica" o "praxiteliana"; con ella ondula el cuerpo en una línea continua hasta tal punto que la escultura necesita un soporte para no caer, tan marcado es el desequilibrio. En la Afrodita de Cnido se aprecia el susodicho apoyo pero también en otras obras como el Apolo Sauróctono o el Hermes y Dionysos.
    - Con él surge el desnudo femenino, es el primero en desnudar a las diosas, creando el primer ideal (canon) de cuerpo femenino basado en la anatomía de la mujer. En líneas generales se trata de desnudos bastante recatados, como se puede ver en la Afrodita de Cnido. En esta obra el autor representa el momento en que la diosa va darse su baño ritual, por lo que deposita sus ropas en un jarrón; es un desnudo muy inocente e ingenuo (con una mano se tapa el pubis), a pesar de ello el escándalo fue mayúsculo siendo rechazada por los clientes. Aquí vemos como Praxíteles utiliza un canon de belleza basado en la anatomía femenina.
    Praxíteles es uno de los grandes autores de este momento, el cual trabaja sobre todo el mármol. Es cierto que él mismo considera a Policleto su maestro, mas hay diferencias; así mientras Policleto buscaba la estabilidad y el equilibrio, Praxíteles tiende a plasmar figuras ligeras y desequilibrios. Realiza importantes aportaciones al arte escultórico:
    Las repercusiones en el arte de toda esta evolución serán obvias. Por un lado surgirá un arte privado frente al público y por otra parte (y en escultura) la tendencia hacia el mayor realismo se acentúa sobremanera en lo que se refiere a la plasmación de sentimientos y pasiones: el pathos helenístico comienza a anunciarse. Es decir, se inicia poco a poco una barroquización de las formas, buscándose un mayor movimiento y estilización de las figuras; se está produciendo una ruptura con el equilibrio, la proporción, la armonía clásicas.
    Pues bien, esta desconfianza hacia el sistema se plasmará en una crisis de la democracia e incluso del sentido cívico y público. Si hasta ahora el sentido de lo público, de lo cívico, de lo ético desde el punto de vista social había desempeñado un papel clave en la vida griega, desde las Guerras del Peloponeso se cuestionan estos aspectos, se ponen en entredicho lo que supone un auge paralelo de su antítesis: se da el fortalecimiento de lo privado, de lo individual. Todo este proceso se inicia paulatinamente en el siglo que nos ocupa aunque alcanzará su paroxismo con el Helenismo.
    3.3.3. El Clasicismo Tardío (siglo IV a. de JC.).

    A lo largo del siglo IV a. de JC. se producen las Guerras del Peloponeso que finalizan en el 404 a. de JC. con la derrota ateniense frente a Esparta. Estos conflictos bélicos traerán consigo una crisis en el mundo griego a todos los niveles: económico, político, social e ideológico. Desde este último punto de vista, comienza a ponerse en duda un sistema que no ha evitado la lucha entre helenos (el griego tiene el sentimiento de formar parte de una comunidad cultural, religiosa y lingüística aunque la unión política no existiera).
    Sus obras clave serán dos. Por un lado el Dorífono, donde nos ocurre como con el Discóbolo de Mirón, el original en bronce se ha perdido. Es patente la idealización del cuerpo humano: bello, armonioso, para lo cual realiza un estudio anatómico pleno, con unos músculos y huesos modelados (se aprecia muy bien en el tórax y pliegues inguinales), no son un mero relieve. A ello hay que sumar la aplicación de la proporción de siete veces la cabeza (1:7). La composición presenta un claro contraposto con lo que se consigue una total cohesión de las partes en un todo orgánico, máxima del pensamiento artístico griego. El dinamismo congelado consigue enlazar el movimiento con la serenidad y el equilibrio espiritual.
    El Diadumeno responde a las mismas premisas, quizás con un modelado anatómico más suave, un contraposto más marcado y una expresión más dulce.
    Policleto es el escultor que cierra la gran trilogía del Clasicismo Pleno. Mas no sólo es un broncista, sino que también es un teórico escribiendo Kanon. En esta obra reflexiona sobre sus obsesiones: el estudio de la anatomía y la proporción de la figura humana, llegando a la conclusión de que para que ésta sea bella, armoniosa, proporcionada ha de ser siete veces la cabeza, éste es su canon. Su objetivo es solamente representar escultóricamente la estética perfecta de la figura humana, lo que pasa por la perfección geométrica. Es decir, si Fidias dotaba a sus estatuas de un cierto contenido espiritual, en las de Policleto no existe pues no lo busca, persigue la pura perfección estética sin más.
    Realiza obras crisolefantinas como la de Athenea Partenos (la que estaba en la acrópolis ateniense) y la de Zeus en Olimpia, aunque no nos han llegado. Mas, como ya hemos indicado, será en sus trabajos en el Partenón (friso, metopas y frontones) donde encontraremos reunidas sus características: elegancia, realismo anatómico, movimiento congelado, sensualidad (paños mojados), proporción, estudio psicológico, fluidez del modelado como si el mármol fuera un material blando... La genialidad es tal que se habla de estilo partenón o fidiaco.
    De lo que no hay ninguna duda es que Fidias es el gran escultor griego, es el que plasma el ideal clásico de belleza: la elegancia, el naturalismo, el realismo anatómico... es el ethos (, estado natural, habitual de un ser, frente a la pasión, sentimiento desbordado, el pathos, ). Aún así, se atreve a romper con las normas tradicionales hasta ese momento para crear otras: introduce por primera vez en la representación humana la expresión de sentimientos, eso sí, comedidos, suaves. Es uno de los grandes maestros de la técnica del paño mojado (la forma anatómica se aprecia perfectamente tras la tela), tanto que algunos historiadores del arte lo consideran el auténtico inventor de ésta.
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