A pesar de que una de las preocupaciones del autor es el movimiento lo cierto es que en este caso se trata de un dinamismo congelado, la obra no llega a moverse. A ver nos explicamos y para entendernos (nada de poner en ningún examen): el atleta está posando, no ha sido captado realizando un movimiento o un esfuerzo real, se queda quieto para salir en la "fotografía". No obstante hay que tener en cuenta el material utilizado por Mirón, el bronce, el cual centellea y sobre él resbala la luz con lo que se acentuaba el dinamismo. La sensación de movimiento congelado es, en buena parte, fruto del tratamiento de los músculos, algo planos y sin tensión. De la misma manera que en el Auriga de Delfos hallábamos una contradicción entre el rostro y el momento plasmado, aquí ocurre lo mismo: un rostro inexpresivo que "choca" con el momento de máximo esfuerzo físico, justo el lanzamiento del disco. Esa inexpresividad se ha explicado en
la búsqueda del reflejo del equilibrio emocional (ethos)
la búsqueda del reflejo del equilibrio emocional (ethos)